Colegio Máximo Jesuita - Centro Loyola - San Miguel - Provincia de Buenos Aires
Por María Casalla
Conocida mundialmente por haber sido la Universidad donde se formó el Papa Francisco (de la cual fue rector durante 6 años), el Colegio Máximo, o el Máximo como se lo conoce coloquialmente, guarda un sinfín de historias y anécdotas que exceden la biografía de ese joven Bergoglio que daba sus primeros pasos como sacerdote ejerciendo una tarea pastoral que aún hoy es recordada por los vecinos de San Miguel, en la zona noroeste de la provincia de Buenos Aires.
El Colegio Máximo de San José funcionó en San Miguel hasta 2017, cuando regresó a Córdoba junto a sus dos facultades eclesiásticas (Teología y Filosofía) y con su biblioteca histórica especializada.
En la actualidad sus instalaciones sirven a lo que se conoce como Centro Loyola, lugar de formación de diversas carreras terciarias y espacio para la realización de actividades espirituales y culturales que son valoradas y disfrutadas por la comunidad de la zona y sus aledaños.
Ubicado en la avenida Ricardo Balbín al 3200, el Colegio tiene más de 100 habitaciones, simples y dobles, con baño en suite o baños compartidos. Durante la pandemia de Coronavirus funcionó como hospital por sus enormes instalaciones y su infraestructura.
Una larga historia en la generación intelectual y teológica en América Latina
El primer Collegium Maximum fue creado por los jesuitas en 1610, para la formación de los futuros sacerdotes de la orden, en la provincia de Córdoba. Este establecimiento fue la base de lo que hoy es la Universidad Nacional de Córdoba. El papa Gregorio XV, le otorgó al Colegio Máximo de Córdoba la potestad de conceder títulos de grado en teología y filosofía para seminaristas. Los jesuitas estuvieron a cargo de la universidad hasta 1767, cuando fueron expulsados por resolución del rey Carlos III de España.
En 1836 el entonces gobernador de Buenos Aires, Juan Manuel de Rosas, restableció la Compañía de Jesús en este territorio, pero las instalaciones del Colegio Máximo cordobés ya no pertenecían a la orden.
Siglos después, allá por 1928, la parte argentina de la Compañía de Jesús, comienza la búsqueda de un espacio más grande para sus estudiantes, destinado a la formación y albergue al mismo tiempo. Hasta el momento los estudiantes jesuitas, de no solo la Argentina sino del resto de Latinoamérica, hacían sus estudios en las Facultades de Filosofía y Teología con sede en el Seminario de Villa Devoto, perteneciente a la Arquidiócesis de Buenos Aires.
“Es asimismo voluntad manifiesta de nuestro Padre General que hagamos algo práctico, para tener Colegio Máximo, saliendo de tantas infructuosas deliberaciones. El camino parece que ha de ser: elegir una finca, arreglar planos del edificio, comenzar a construirlo, establecer allí nuestras clases y habitación para Profesores y Escolares” (Consulta de Provincia del 4 de Marzo de 1928)
Es así como los jesuitas, adquirieron campos en la localidad de San Miguel, en la provincia de Buenos Aires, y comenzaron la construcción de lo que en 1931 se inaugura como el Colegio Máximo de San José, casa de formación de alcance regional, con las facultades de Filosofía y de Teología, y con estudiantes religiosos argentinos, chilenos, uruguayos y paraguayos. Su reconocido valor académico y formación le valió el reconocimiento regional e internacional.
A partir de 1967, las facultades de Filosofía y de Teología de San Miguel se integraron a la Universidad del Salvador y, de esta manera, sus títulos tuvieron, además del eclesiástico, un alcance civil (no únicamente religioso) y nacional.
Biblioteca y Observatorio Astronómico: referencias y reconocimiento mundial
Sin dudas uno de los lugares más emblemáticos del Colegio fue su Biblioteca (hoy ya trasladada íntegramente a Córdoba). La misma posee un valor patrimonial inmenso por su archivo histórico y su afamada colección de Revistas de Filosofía, Teología y otras ciencias sociales de todo el mundo. Allí también se imprimó la revista reconocida internacionalmente de la comunidad jesuítica, Stromata. Era reconocida internacionalmente y reflejo de la inmensa riqueza intelectual de los jesuitas y otros filósofos y pensadoras argentinos y latinoamericanos que pasaron por sus páginas.
Con una colección de más de 300 mil ejemplares, que incluyen libros, revistas, antiguos y contemporáneos, la Biblioteca es junto con la de Petrópolis, Rio de Janeiro, Brasil, una de las más importantes de toda Latinoamérica. La colección de antigüedades, anteriores al siglo XVIII, permanece en el Fondo Antiguo de la compañía de Jesús? (Buenos Aires).
La Biblioteca no sólo está abierta a los estudiantes sino a todos aquellos que quieran conocer y disfrutar de su colección. A partir del año 2018 la Biblioteca se comenzó a catalogar. En la actualidad su catálogo puede ser consultado cuando se ingresa al Sistema de Bibliotecas de la Universidad Católica de Córdoba.
Entre sus colecciones más respetadas se encuentra el archivo Jorge Mario Bergoglio (Papa Francisco) con una gran variedad de notas, libros y objetos, que guardan la extensa labor docente del Papa por aquellos años.
Otro de los archivos de enorme reputación es el del jesuita y fundado de la Teología y Filosofía de la Liberación Juan Carlos Scannone (1931-2019). Su colección personal formada por libros de su autoría, revistas, critica, notas, manuscritos y cartas. Scannone fue un teólogo jesuita y profesor de la Facultad de Filosofía y Teología en el Colegio Máximo de San Miguel. Su reconocida trayectoria intelectual y humanística le valió el reconocimiento internacional de pensadores europeos que conoció en persona como Derrida, Jean Luc Marion y Emanuel Levinas.
Fundador de las Jornadas de Filosofía Latinoamericana que se iniciaron allí en el Máximo en el año 1972 junto con otros pensadores de enrome mérito intelectual -como el ya fallecido Enrique Dussel y otros referentes del pensamiento crítico latinoamericano- esas jornadas fueron el preámbulo de la Filosofía de la Liberación, movimiento intelectual de alcance internacional. Scannone, incansable en su labor intelectual y docente fue autor de más de catorce libros, coautor, editor de más de veintitrés, y autor de más de ciento cincuenta artículos.
Además de su imponente Biblioteca, en los terrenos linderos al Máximo se encuentra el Observatorio de Física Cósmica. En sus instalaciones se midió y estudió la irradiancia y la radiación solar, y en física solar fue el segundo de América. Posee numerosas cúpulas para los telescopios y una notable estación meteorológica de superficie.
El Observatorio Nacional de Física Cósmica fue fundado por los jesuitas en diciembre de 1935 y funcionó hasta 2016. Su primera administración estuvo a cargo del Colegio Máximo y en 1979 pasó a depender del Servicio Meteorológico Nacional. Gracias al trabajo e impulso de la comunidad local en el año 2018 empezó a ser restaurado y puesto en valor luego de varios años de abandono.
Personal municipal y los integrantes de 'Bella Vista al Cosmos', la comunidad local de especialistas destinada a la enseñanza y divulgación de ciencias astronómicas, impulsan actividades -como la vista de eclipses- que generan un enorme atractivo para toda la comunidad.
Hogar del Papa Francisco
Francisco fue ordenado como sacerdote jesuita en el año 1969. Sus estudios de Filosofía y Teología y su primera tarea pastoral la ejercieron en el Máximo. Entre los años 1973 y 1979, fue el superior provincial de los jesuitas en Argentina y por los años 1980 y 1986 fue rector del Colegio Máximo y de la Facultad de Filosofía y Teología.
Mudado ya a Capital Federal, viviendo en el Colegio del Salvador, continuó ocupando su habitación en el primer piso del Máximo a donde llegaba en tren cada domingo para dictar su cátedra de Teología Pastoral todos los cada dia lunes. El recuerdo de su dedicación y compromiso docente y su cordialidad perviven en el recuerdo de sus colegas y amigos y en cada anécdota que brilla orgullosa sobre su vida y su paso por el Colegio.
En la película “Los dos Papas” estrenada en el año 2019 y dirigida por Fernando Meirelles, el Colegio quedó inmortalizado al ser escenario de algunas de las locaciones que recrean la vida del Papa por aquellos años. Sin equivocarnos, un lugar de enorme testimonio humano e intelectual de nuestra inmensa Provincia de Buenos Aires.
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