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Comunidad Japonesa en el Gran Buenos Aires
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Historia, tradiciones y costumbres de la comunidad Japonesa que es parte de la identidad bonaerense.
- Luego de servir como barco-hospital ruso durante la Guerra Ruso-Japonesa, el Kazán cambió de nacionalidad y también de nombre. Ya bajo bandera nipona, el reformado Kasato Maru zarpó a principios del siglo XX desde el puerto de Kobe y desembarcó casi dos meses después en Brasil con 165 familias dispuestas a trabajar en los cafetales del Estado de San Pablo.
- “Había una publicidad muy atractiva del gobierno japonés que alentaba a los ciudadanos que por asunto de la economía la pasaban mal, a emigrar a Sudamérica a juntar dinero para ayudar a las familias y volver a Japón en uno, dos o tres años,” cuenta Vicente Nakama, ingeniero agrónomo, segunda generación de japoneses en Argentina. Vicente fue miembro de la comisión directiva de la Asociación Japonesa de Burzaco (AJB) y la presidió durante cuatro años desde 2015. Hoy, con 79 años sigue trabajando activamente para la institución.
- “Pero lamentablemente no ocurrió así”, explica “En Brasil no les fue bien, y en Perú pasó algo similar en los ingenios de azúcar. Entonces, corrió la voz de que en Argentina se estaba mejor y se los atendía bien. “Algunos se fueron desde Brasil, otros directamente desde distintas provincias de Japón, principalmente desde la isla de Okinawa”.
- Unos pocos que ya habitaban el país daban testimonio de que Argentina ofrecía oportunidades. Uno de ellos fue el horticultor Kurayiro Ishikawa quien había echado raíces en Almirante Brown. Kurayiro trabajó para crear la Asociación de cooperativas hortícolas y el Departamento de idioma japonés.
- Burzaco, Montegrande, Longchamps, Florencio Varela, La Plata, José C Paz, Merlo; la Provincia de Buenos Aires se fue poblando de originarios de la isla asiática. El Ministerio japonés de Asuntos Exteriores estima que hay cerca de 35 mil residentes en Argentina con con descendencia de ese país.
- Estos inmigrantes se plantearon como una prioridad mantener su identidad y conservar la cultura de la patria madre. Así fue que en 1934 nació la Escuela Japonesa de Burzaco con el objetivo de mantener vivo el idioma en 130 alumnos Nisseis (segunda generación). Pero La II guerra mundial interrumpió esa gesta cultural y educativa cuando Argentina le declaró la guerra a Japón. “Los alumnos siguieron tomando clases en casas particulares porque estaba prohibido dar en forma oficial,” cuenta Nakama. “Los que vinieron antes de la guerra llamaron a sus familias. Los que estaban no se podían volver. Y cuando empezaron a nacer los hijos argentinos, los padres quisieron que mantuvieran sus costumbres.”
- Ya en tiempos de paz, se compró un predio en Burzaco y para costearlo y dar sustento a la enseñanza de idiomas se creó en 1951 el Club Japonés de Burzaco que luego se llamaría la Asociación Japonesa de Burzaco.
- También se buscaron más formas de preservar y difundir la cultura. El bazar (kermés) convoca a propios y ajenos para mostrar el canto, el baile y comidas típicas. En Melchor Romero esto se hace desde hace 30 años. Luego se comenzó a organizar anualmente el Matsuri. “Son festivales que se hacen en Japón y se trata de replicar localmente; particularmente el Bon Odori una conmemoración espiritual que originalmente se hacía de noche, donde los espíritus de los ancestros vuelven a la tierra y se encuentran con los mortales. Esta festividad la seguimos haciendo, aunque la mayoría somos cristianos”, explica Vicente. “Acá lo hacemos de día en un lugar abierto y la gente puede bailar en forma participativa”.
- En Japón este Matsuri se celebra entre el 15 de julio y el 15 de agosto que es cuando vuelven los espíritus. Pero aquí hace frío entonces se eligen otras fechas. ¿Cuándo?: Tienen que ponerse de acuerdo entre las distintas asociaciones para no pisarse y perjudicar a los vendedores de comidas y artesanos. La Plata en enero, José C. Paz en febrero, Burzaco en marzo, a veces abril y también en octubre.
- Arrancando a las diez y hasta la tardecita se ofrecen comidas típicas (también choripán y empanadas), demostraciones de judo y karate, agrupaciones de Taiko tocan sus tambores, y grupos de bailes tradicionales que vienen especialmente desde Okinawa deleitan a los asistentes. Una subcomisión de la AJB de canto y baile también participa con un baile para la tercera edad al ritmo del tambor de los Taiko. Es el resultado de mucho esfuerzo de más de 60 personas que lo organizan durante varios meses. Por supuesto, es abierto a toda la comunidad.
- La actividad sufrió un parate por la pandemia del Covid 19, pero desde 2023 el Matsuri volvió con fuerza. “Hay cambios generacionales y la gente joven va mamando esta cultura. Por las redes sociales, contestan que están contentos.”, asegura Vicente Nakama.
- Los integrantes de la primera generación de inmigrantes ya fallecieron y sus hijos hoy superan los 70 años. Los nietos se casan con argentinos y se van mimetizando con la cultura local. La comisión directiva de la AJB ahora tiene mujeres y algunos de sus miembros son “mestizos”. Ocho miembros de la comunidad combatieron a Malvinas y los familiares de 17 de los 30 mil desaparecidos por la dictadura marchan todos los 24 de marzo demandando memoria, verdad y justicia.
- En 1942 el Kasato Maru se convirtió en buque carguero para servir en la segunda guerra mundial y tres años después sería bombardeado y hundido por aviones rusos.
- Ramiro Pozzo